SINDICALES - S.E.M.La -
Rubén “Cholo” García, secretario general de la
FeSiMuBo, analizó el fallo que suspendió la resolución de la Superintendencia
de Servicios de Salud que intentaba disolver la obra social municipal de
Avellaneda. Destacó el prestigio y la solidez de la institución, y denunció una
avanzada del gobierno nacional contra los trabajadores organizados.
“Cuando nos llegó la resolución
de la Superintendencia, nos sorprendimos. Pedían información
que ya habíamos presentado y, por un solo punto que supuestamente faltaba,
decidieron dar de baja la obra social”, relató Rubén “Cholo” García. Según
explicó, incluso ese requerimiento había sido respondido, pero no fue computado
correctamente “por el sistema que manejan y el tipo de conducción que tiene
este gobierno”.
La
Obra Social del Personal Municipal de Avellaneda (OSPMA) es gestionada
directamente por sus afiliados y tiene más de 50 años de trayectoria. “No está
tercerizada ni gerenciada por nadie. La manejan los propios trabajadores. Es un
orgullo para nosotros desde 1973. Sobrevivimos a crisis, gobiernos de todo tipo
y siempre con un alto nivel de prestación”, subrayó.
Ante
la medida que buscaba su cierre, los trabajadores reaccionaron rápidamente:
“Hubo una autoconvocatoria enorme, con más de 3.000 personas movilizadas de un
día para el otro. Fue una muestra clara de que la obra social es defendida por
su gente. Presentamos una medida cautelar que fue resuelta favorablemente por
el juzgado federal de Quilmes”, detalló el sindicalista.
En
ese sentido, denunció que “esta resolución era un papel armado con mala
intención. Pretendían que los mismos dirigentes que cuidan la obra social
fuesen quienes la liquiden. Nunca dejamos de funcionar ni se interrumpió ningún
servicio. Ni siquiera el día de la movilización: había médicos atendiendo,
personas internadas, todo funcionando con normalidad”.
Consultado
por la situación general del sindicalismo en la Argentina, García fue
contundente: “Hay una ofensiva del gobierno contra las organizaciones
gremiales. Le pegan a los jubilados, congelan los sueldos, no homologan los
aumentos. Ahora vienen por las obras sociales. Pero se equivocaron con
nosotros: nuestra obra social no tiene deudas, tiene superávit y hasta plazos
fijos para resguardar los aportes”.
Finalmente,
hizo una reflexión sobre el futuro del movimiento obrero: “Creo en el recambio
generacional. Ya lo hicimos en la Confederación de Trabajadores Municipales
(CTM). Hay dirigentes que ya cumplieron su ciclo y es necesario que la
Confederación General del Trabajo (CGT) se renueve, tenga más contundencia y
represente de verdad a todos los trabajadores”.
Fuente: REALPOLITIK